O processo de Cristina toma a arte como forma de processar o que está ao seu redor, através de fotos que ela mesma tira e transfere para madeira, metal, seda, algodão e vidro junto ao acervo de cartas antigas, histórias, fotos e poemas com fragmentos do passado. Estudou Design Gráfico na Universidad Landívar de Guatemala (1996) e concluiu o Bacharelado em Artes Visuais no Franklin College Lugano, Suíça (1998). Sua formação ocorre em um momento de transição entre o manual e o analógico, o que influencia seu processo criativo.

Com sua trajetória se depara com uma diversidade cultural, o que intensifica sua prática com a técnica de transferência de fotografias e digitalizações em diferentes superfícies; em acrílico, pigmentos secos, giz de cera. Este processo permite autenticidade sem simplesmente replicar um objeto de forma que atinge uma linguagem muito pessoal e bastante intuitiva.

Depois de mais de uma década afastada do universo artístico, começou a se reconectar consigo mesma em 2012, com a migração para os Estados Unidos, onde encontrou liberdade e formas de se recriar. Para a artista, a transferência de imagens é como mágica, a partir de seu universo particular, ela cria imagens abstratas nas quais poesia figurativa e visual também podem ser agregadas às peças.

Cristina tem um papel de colecionadora; parte de imagens de documentos do passado de sua família, onde também encontra cartas e poesias, que ressignifica em sua arte como forma de imortalizar e homenagear almas que passaram para outras dimensões.

Atualmente sua pesquisa também se baseia em fios e pigmentos naturais, na busca constante para não se limitar a uma linguagem específica e trabalhar o mais próximo possível da terra. Ela se interessou pelo processo de tingir com óxido, flores, sementes e raízes, prática realizada por mulheres indígenas em San Juan la Laguna.

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El proceso de Cristina tiene el arte como forma de procesar lo que está en el alrededor, a través de fotografías que ella misma toma y transfiere a madera, metal, seda, algodón y vidrio junto a la recopilación de cartas antiguas, historia, fotos, poemas junto a fragmentos del pasado. Estudió Diseño Gráfico en la Universidad Landívar de Guatemala (1996), y terminó un Bachillerato de Artes Visuales en Franklin College Lugano, Suiza (1998). Su formación se pasa en un momento de transición entre lo manual y el análogo, lo que influencia su proceso creativo.

Con su trayectoria se depara con una diversidad cultural, lo que intensifica su práctica con técnica de transferencia de fotografías y scans en diferentes superficies; en acrílico, pigmentos secos, crayones. Ese proceso le permite una autenticidad sin que simplemente se replique un objeto, de una manera que logra alcanzar un lenguaje muy personal y bastante intuitivo.

Después de distante más de una década del universo artístico, empieza a reconectar consigo misma en 2012, con la migración a los Estados Unidos, donde encuentra libertad y forma de recrearse. Para la artista la transferencia de imágenes es como magia, tomando su universo particular, crea imágenes abstractas en la que se puede agregar también lo figurativo y poesía visual a las piezas.

Cristina tiene un papel de colectora; parte de imágenes de documentos de su pasado familiar, donde encuentra también correos y poesías, lo que resignifica en su arte como manera de inmortalizar y honrar almas que pasaron a otra dimensiones.

Actualmente su investigación se basa también en hilos y pigmentos naturales, en la búsqueda constante de no limitarse a un lenguaje específico y de trabajar lo más cercano de la tierra. Se ha interesado en el proceso de teñir con óxido, flores, semillas y raíces, práctica que elaboran mujeres indígenas en San Juan la Laguna.