Artista visual e educadora guatemalteca, iniciou sua carreira artística cursando pedagogia em Educação Especial na Universidade del Valle na Cidade da Guatemala (2005), depois decidiu fazer uma pós-graduação em educação artística pela Universidade Complutense de Madri, Espanha (2011). Participou do grupo "às sextas-feiras", projeto gerido por Rolando Madrid, Diego Sagastume e Raúl Torres em que um grupo de pessoas se reunia todas as sextas-feiras para desenvolver os seus métodos e processos dentro da arte. Começa o projeto Puro Arte (2012-2018) com o intuito de unir arte e educação que abarque a reflexão da condição humana através de diferentes exercícios que abordam a criatividade
desenvolvida por pessoas com necessidades especiais. Durante esse tempo, continuou a investigar sua própria linguagem entre experiências, situações do cotidiano e a exploração dos objetos que a cercam, como na obra Deslocamento (2016); a artista destrói uma casa de bonecas que fez parte de sua infância e
cataloga as peças em várias pilhas, colocando-as peça por peça, uma sobre a outra. A partir do estudo do objeto como instrumento de pesquisa, funciona a instalação Desarraigo (2018) em que “a casa de bonecas” que é aquele lugar carregado de uma série de simbolismos e memórias afetivas, onde a artista separa o real do imaginário. Uma forma de materializar a sua perspectiva é através da realização de moldes em todas as partes desta casa, expandindo-a por toda a divisão, sendo as peças suportadas como um móbile, deixando cada peça contar a sua própria história ao mesmo tempo que se agrupam
permanecem na unidade.
A obra Dulce Hogar (2018), com a qual estuda aquele espaço - aquele quarto que a acompanhou durante muitos anos-, forma uma estrutura feita de blocos de rapadura sobre um esqueleto de madeira em formato de casa com dimensão suficiente para uma pessoa entrar. Construída sobre topo de uma base de tijolos que com o tempo passa a ser habitada por outros seres vivos que vivem ao seu redor (principalmente as abelhas que passam a se agrupar no mesmo local completando seu ciclo de vida ao seu redor), a manifestação artística sobrevive, ao contrário do trabalho em questão que, com o tempo, começa a se desintegrar, a derreter e a perder a construção para o que a artista vê como uma metáfora
de como funciona a sociedade que nos rodeia.
Atualmente a artista continua um extenso estudo em torno de objetos cotidianos, criando instalações que contam uma história que em algum momento todes vivemos, indagando sobre nossa relação com o meio ambiente e com as pessoas ao nosso redor. Mantendo sempre aquele carácter envolvente de abarcar toda a concepção das suas obras, vivenciando-as desde a sua ideia, as suas variantes à sua materialização, que não é necessariamente o seu fim, mas sim a sua transformação.
O artista participou das seguintes exposições individuais: Bajo Sospechat; MADC, Museu
de Arte Contemporânea e Design, San José Costa Rica (2019), Desarraigo; Galería Sol del
Rio, Guatemala (2018), Asilo; Contexto, Guatemala (2016), Rutinas, Basement 1,
Guatemala (2015). Participou também em várias exposições coletivas, como: “Como uma pintura vamos murchar, como uma flor vamos secar” XIV, Bienal Femsa, Michoacán México (2020). Irregular; Second Act, Municipal House, Guatemala (2019), Dulce Hogar, 21 BAP,
Bienal de Arte Paiz, Guatemala (2018) Act of Agression, Pollock Gallery, Dallas, Estados
Unidos (2017).

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Artista Visual y educadora guatemalteca, inicia su trayectoria artística al estudiar
Profesorado en Educación Especial por la Universidad del Valle en la ciudad de Guatemala
(2005), luego decidió realizar un posgrado en educación artística por medio de la
Universidad Complutense en Madrid, España (2011). Participó en el grupo de "los viernes ``,
proyecto gestionado por Rolando Madrid, Diego Sagastume y Raúl Torres en el cual un grupo de
personas se reunían todos los viernes para desarrollar sus métodos y procesos dentro del
arte. Da inicio al proyecto Puro Arte (2012-2018) con la intención de unir arte y educación
que abraza la reflexión de la condición humana por medio de diferentes ejercicios que
abordan la creatividad realizada por personas con necesidades especiales.

Durante ese tiempo, continuó investigando su propio lenguaje entre experiencias, situaciones del cotidiano, y la exploración de los objetos que la rodean como en la obra Desplazamiento (2016), la artistas destruye una casa de muñecas de la cual fue parte de su infancia y cataloga las partes en varias pilas colocando pieza por pieza, una sobre otra. Del estudio sobre el objeto como herramienta de investigación parte la instalación Desarraigo (2018) obra en la cual "la casa de muñecas"; que es ese lugar cargado de una serie de simbolismos y memorias afectivas, donde la artista separa lo real de lo imaginario. Una
forma de materializar su perspectiva es por medio de moldes realizadas a todas las partes de esta casa, ampliandola por toda una habitación siendo las piezas sustentadas como un móvil, dejando que cada pieza cuente su propia historia al mismo tiempo que agrupadas se mantienen en unidad.
La obra Dulce Hogar (2018) con la cual estudia ese espacio, esa habitación que por muchos años la acompañó, forma una estructura realizada de bloques de panela sobre un esqueleto de madera en formato de casa con el tamaño suficiente para que entre una persona, construida encima de una base de ladrillos que con el tiempo comienza a ser habitada por otros seres vivos que habitan alrededor, en especial las abejas que comienzan a agruparse en un mismo lugar completando su ciclo de vida alrededor de esta, la manifestación artística sobrevive a diferencia de la obra en materia que con el tiempo empieza a desintegrarse a derretirse y a perderse la construcción a lo que la artista ve como una metáfora de cómo funciona la sociedad que nos rodea.

Por último la obra Bajo Sospecha (2018) donde en un espacio expositivo la artista narra la historia real de una mujer por la que pasa por un asalto a mano armada dentro de su casa, un momento de profundo desespero y miedo, cuenta como luego del asalto con el tiempo ella persigue los vehículos que tienen una semejanza al cual iban los asaltantes, una parte de la obra muestra en relieve seco algunas de las placas de estos carros acompañados de la hora y la dirección de su ubicación, la obra sigue con un texto sobre el testimonio de lo ocurrido y una falda morada, en memoria a la ropa que utilizaba la víctima en ese momento, costurada con una línea recta horizontal en la parte frontal. Las diferentes piezas se complementan al parecer resquicios de una escena criminosa, de un pasado que siempre
marcará el presente.
Actualmente la artista continúa un extenso estudio alrededor de objetos del cotidiano, creando instalaciones que narran una historia, que en algún momento todos vivimos, indagando sobre nuestra relación con nuestro entorno y quienes nos rodean. Manteniendo siempre ese carácter envolvente de abrazar toda la concepción de sus obras, viviendolas desde su idea, sus variantes hasta su materialización, que no necesariamente es su fin más bien su transformación.
La artista a participado de las siguientes exposiciones individuales: Bajo Sospecha; MADC,
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, San José Costa Rica (2019), Desarraigo; Galería
Sol del Rio, Guatemala (2018), Asilo; Contexto, Guatemala (2016), Rutinas, Sótano 1, Guatemala (2015). También ha participado de varias exposiciones colectivas, por mencionar algunas: "Como una pintura nos iremos borrando, como una flor nos iremos secando; XIV, Bienal Femsa, Michoacán México (2020). Irregular; Segundo Acto, Casa Municipal, Guatemala (2019), Dulce Hogar, 21 BAP, Bienal de Arte Paiz, Guatemala (2018) Act of Agression, Pollock Gallery, Dallas, Estados Unidos (2017).