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Isabel Orellana

El Salvador

1999

Orellana cursa licenciatura em artes, com especialização em pintura. Seu trabalho gira em torno da luta constante pela sobrevivência entre a humanidade e a natureza, com questionamentos sobre a existência de superioridade sobre uns e outros e reflexões visuais sobre os problemas ambientais.

Na série Huellas (2020) uma diversidade de técnicas somam formas de expressar problemas que a interessam. A artista também trabalha com o pai, desenham juntos e compartilham momentos íntimos conversando sobre temas como animais de curral e pecuária, relacionando-os a processos políticos, como o fato de a presidência negar a assinatura do Acordo de Escazú, que buscava proteger os defensores do meio-ambiente. Para a artista, isso se evidencia nos traços de destruição e transformações do espaço habitado.

Em sua prática, parte de suas próprias experiências diante da consciência da pequenez humana e da observação do meio ambiente: incêndios, derrubada de árvores, poluição da água, todas ações de irresponsabilidade humana; estilo de vida que gera montanhas de lixo e potencializador de seu próprio final.

Na vídeo-performance da mesma série, trabalha por uma superstição na região onde vive - Chalatenango-; acredita-se que as cinzas evitem as tempestades. O fogo é o elemento transformador da matéria; podendo ser desde incêndios nocivos, uma forma de extermínio da natureza, até formas de proteção e profecia, como palavras de notícias que são queimadas na cruz. Essa ironia faz parte do processo criativo do artista.

Para outro trabalho da série, ele cria objetos de madeira feitos de restos abandonados que marca com cicatrizes de ferros originais da pecuária. A contradição também existe entre a relação de vida e morte e o pertencimento em relação aos fazendeiros, às pessoas que vivem da pecuária e esse registro como marca pessoal de posse efêmera.

Isabel também tem um projeto de retratos. Na pintura, ¿Realmente existo? (2019), se questiona a presença e a necessidade de se tornar visível para a sociedade. El hombre de los perros (2019) homenageia a atitude de respeito aos animais ao retratar uma figura que cuida dos abandonados. Enfatiza a importância de retratar personagens com pouca visibilidade e homenageá-los por seu trabalho.

Participou da residência Resistencias Líquidas,Laboratorios a Cielo Abierto, organizada pelo Centro Cultural da Espanha e realizada em Suchitoto, El Salvador. Participou de exposições coletivas no mesmo país, incluindo o Art Festival no Museo Forma y Conceptos en Proceso na Sala de Exposiciones San Jacinto, 2019. Sua obra pertence a coleções particulares de El Salvador, Espanha e Estados Unidos.

Español

Orellana estudia licenciatura en artes, con especialidad en pintura. Su trabajo se mueve alrededor de la lucha constante de supervivencia entre humanidad y naturaleza, con cuestionamientos sobre la existencia de superioridad ante los demás y reflexiones visuales sobre problemáticas ambientales.

En la serie Huellas (2020) una diversidad de técnicas suman formas de expresar problemáticas que le interesan. Trabaja también con su padre, dibujan juntos y comparten momentos íntimos hablando sobre temas como animales de corral y ganadería, relacionándolos a procesos políticos, como el hecho que la presidencia negó firma del Acuerdo de Escazú, que intentaba proteger a los defensores del medio ambiente. Para la artista, esto se evidencia en las huellas de destrucción y transformaciones del espacio habitado.

En su práctica, parte de experiencias propias ante la toma de conciencia de la pequeñez humana y de la observación del entorno: incendios, tala de árboles, contaminación del agua, todas ellas acciones de irresponsabilidad humana; estilo de vida generador de montañas de basura y potenciador de su propio final.

En el videoperformance de la misma serie, trabaja hacia una superstición en la región en que vive- Chalatenango-; se cree que las cenizas alejan las tormentas. El fuego es elemento transformador de la materia; puede ser desde incendios dañosos, una forma de exterminio de la naturaleza, hasta formas de protección y profecía, como palabras de notícias que se queman en una cruz. Esa ironía es parte del proceso creativo de la artista.

Para otra obra de la serie, crea objetos de madera hechos a partir de trozos abandonados marcados con una cicatriz de los fierros originales de ganadería. La contradicción está ahí también entre la relación de vida y muerte y pertenencia en relación al ganadero, a la gente que vive a partir de pecuária y ese registro como marca personal de posesión efímera.

Isabel también tiene un proyecto de retratos. En la pintura ¿Realmente existo? (2019), se cuestiona sobre la presencia y necesidad de visibilizarse frente a la sociedad. El hombre de los perros (2019) hace un homenaje hacia la actitud de respecto a los animales retratando una figura que cuida a los abandonados. Enfatiza la importancia de retratar personajes poco visibilizados y honrarles por su trabajo.

Participó en la residencia Resistencias Líquidas,Laboratorios a Cielo Abierto, organizada por el Centro Cultural de España y desarrollada en Suchitoto, El Salvador. Ha participado en exposiciones colectivas en el mismo país entre ellas el Festival del Arte en el Museo Forma y Conceptos en Proceso en Sala de Exposiciones San Jacinto, 2019. Su obra pertenece a colecciones privadas en El Salvador, España y Estados Unidos.

Fonte:

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